Hoy es el día que marcaba el final de este embarazo. Si todo hubiera salido bien, hoy te tendría en brazos y estaría quejándome de sueño y pechos doloridos. Quizás aún no hubieras nacido y estaría impaciente por verte la carita, eso ya nunca lo sabremos. El caso es que no hay nada de eso porque hace cuatro meses que el destino se truncó. Siento un vacío tan grande que es como si el día que te fuiste te hubieses llevado parte de mí, y creo que así fue.
Hoy es el día de llorar, patalear y preguntarme "¿por que a mí?". Veo miles de embarazos de primas, amigas, cuando salgo a la calle, en la tele, en revistas y pienso "seguro que a ellas les va a ir todo bien" y siento envidia de sus livianas preocupaciones. Yo ya nunca viviré un embarazo así.
Pero también espero que hoy sea el fin de una etapa, la etapa de mi embarazo, que aunque acabó el 4 de noviembre debería haber acabado en estos días y de otra manera muy diferente. No es el fin del duelo, me siento aún muy lejos de eso, pero creo que poquito a poco empezaré a sentirme mejor y recordaré tu pérdida con menos dolor. Te quiero con toda mi alma mi pequeñita.
Hay fechas que nos remueven por dentro y nos muestran una realidad muy diferente a la que habíamos soñado. Una buena amiga tiene una frase que me emociona para estos momentos: "lloro por esa vida que quería vivir, esa vida que no es la mía". Y es que hay días que duelen tanto...
ResponderEliminarPero pasan, sobrevivimos a ellos y seguimos adelante. La luz de tu pequeña y los abrazos y besos de tu hija mayor te ayudarán a hacerlo.
Besos para ti y para tus princesas
Muchas gracias cielo. Que razón tiene tu amiga! Lloras por qué no es eso lo que te tocaba vivir, pero bueno, como dices mis pequeñas me ayudan a tirar hacia adelante. Mi hija mayor estuvo ayer especialmente cariñosa, que lista es.
EliminarUn besazo